Por: Praede Olivero Féliz
El poeta de la canción, Enrique Féliz, cantautor nacido en Tamayo, nos dice
en una canción: “Como el petróleo no habla, le achacan to lo que sube, y cuando
su precio baja, todo se queda en las nubes”.
Ñego Soler y Pablo Pueblo, cuando se fue Enrique Féliz a la capital, al MCU
canta y luego a Nueva York, se encargaron de la interpretación de la canción
que nos dice eso, de yaniqueque con mabí y otras, tanto en Barahona como en
todo el sur, haciendo competencia en Azua al grupo músico vocal Azua en la cumbre,
por invitación de Lalito González y el ex flaco Juan Santana.
Hoy debe nacer otro intérprete que grite esas letras a los cuatro vientos,
haciendo algunos cambios, pues el petróleo baja y no todo se queda en las
nubes, sino que los precios suben al cielo y el gobierno parece que carece de
fuerza o autoridad para estabilizarlos o bajarlos.
Diez años atrás, el petróleo valía más de 100 dólares, el dólar se cambiaba
a más del 50.00 por 1 y algunos combustibles no llegaban a 50.00, como era el
caso del gas licuado de petróleo, y el gobierno violaba la ley de los
combustibles para incrementar sus beneficios.
Hoy el caso es peor, casi criminal, con el petróleo a menos de 46.00
dólares, el dólar a 44.00 y los combustibles a más del doble de aquellos años,
con el gas licuado de petróleo a más de 80.00.
Con la ley de los combustibles o los hidrocarburos violada, ultrajada, el
gobierno comete un abuso contra los choferes, los consumidores de los derivados
del petróleo y el pueblo en general.
Los dominicanos sabemos que desde que los combustibles suben un poquito,
todos los servicios que los usan empiezan el galope, como el caballo de paso
fino, las cargas suben y arrastran al Perla Antillana los precios, que doblan
la curvita de la Paraguay a mayor velocidad que el caballo aquel.
Lo que no sabíamos era que esa lógica seria inversa, es decir, que bajar
los pecios del petróleo y un poco los combustibles y el precio de los servicios
y productos de primera necesidad se encaraman con El Quijote sobre las aspas
más elevadas de sus molinos de viento.
Solo tenemos que ver a los choferes subiendo de nuevo los precios del
pasaje, alegando con razón que las piezas de repuestos que compran caras no han
bajado y por el contrario siguen subiendo. Asombra gravemente oír a los dueños
de clínicas decir que aumentaran en más de un 15% los precios de los servicios
médicos, lo que quiere decir que los pacientes de todas las clases y sectores,
estamos feos para la foto.
Si hablamos de los elevados precios de las medicinas, de las carnes,
huevos, arroz, habichuelas, yuca, plátanos, guineos, café, azúcar, aceite y de
todos los artículos de primera necesidad, debemos decir: Que Dios nos proteja e
ilumine, que la solidaridad de las mujeres y los hombres se incremente, ya que
no entendemos por qué si el petróleo baja, todo sube.
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